La casa Azul en que nací esta situada en
una colina rodeada de hualles, un sauce,
nogales, castaños, un aromo primaveral
en invierno – un sol con dulzor a miel
de ulmos-, chilcos rodeados a su vez
de picaflores que no sabíamos si eran
realidad o visión ¡Tan efímeros!
Sentado en las rodillas de mi abuela oí
las primeras historias de árboles y piedras
que dialogan entre sí, con animales
y con la gente. Nada más, me decía, hay
que aprender a interpretar sus signos
y a percibir sus sonidos que suelen
esconderse en el viento.
Aprendo entonces los nombres de las
flores y de las plantas. Los insectos
cumplen su función. Nada está de más en
este mundo.
PALABRAS NUEVAS:
Hualle: nombre que se le da al roble joven.
Chilco: fucsia silvestre.
Efímero: pasajero, de corta duración.
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