viernes, 10 de junio de 2011

Texto: El Príncipe.

El principado pueden implantarlo tanto el pueblo como los nobles, según  a ocasión se presente a unos o a otros. Los nobles, cuando comprueban que no pueden resistir al pueblo, concentran toda la autoridad en uno de ellos y lo hacen príncipe para poder, a su sombra, dar rienda suelta a sus apetitos. El pueblo, cuando a su vez comprueba que no puede hacer frente a los grandes, cede su autoridad a uno y lo hace príncipe para que lo defienda. Pero el que llega al principado con la ayuda de los nobles se mantiene con más dificultad que el que ha llegado mediante el apoyo del pueblo porque los que lo rodean se consideran sus iguales y en tal caso se le hace difícil mandarlos y manejarlos como quisiera.  Mientras que el que llega por el favor popular es única autoridad, y no tiene en derredor a nadie o casi nadie que no esté dispuesto a obedecer.
(…) un príncipe jamás podrá dominar a un pueblo cuando lo tenga por enemigo,  porque son muchos los que lo forman; a los nobles, como se trata de pocos, le será fácil. Lo peor que un príncipe puede esperar de que no lo ame es el ser abandonado por él: de los nobles, si los tiene por enemigos, no solo debe temer que lo abandonen, sino que se revelen contra él; pues, más astutos y clarividentes, siempre están a tiempo para ponerse a salvo, a la vez que no dejan nunca de congratularse con el que esperan resultará vencedor. Por ultimo, es una necesidad para el príncipe vivir siempre con el mismo pueblo, pero no con los mismos nobles, supuesto que puede crear nuevos o deshacerse de los que tenía, y quitarles o concederles autoridad a capricho.
Nicolás Maquiavelo, El Príncipe, 1513

Texto: Los reyes de fortalecen.

Hacia fines de la Edad Media, mientras la nobleza feudal se debilitaba, debido en parte a las cruzadas, los reyes fortalecían su poder estableciendo alianzas con la burguesía y el papado. Durante el siglo XV, se consolidaron los Estados nacionales monárquicos y los reyes europeos ganaron prestigio y poder. Formaron grandes ejércitos profesionales, que les permitieron conquistar y reconquistar territorios, defender y delimitar sus fronteras, incorporando pueblos de distintas culturas e idiomas. Crearon impuestos para financiar los gastos de la administración de sus territorios y se rodearon de una burocracia o funcionarios, con el fin de cumplir sus órdenes centralizando el poder en sus territorios.

Las monarquías europeas comenzaron a adquirir un carácter nacional cuando difundieron un idioma oficial y una misma legislación en todas sus extensiones territoriales y posesiones coloniales. Además, los reyes hicieron alianzas con otras monarquías a través de pactos matrimoniales o entregas de compensaciones, creando un verdadero sistema de diplomacia internacional. Los estados monárquicos más poderosos de Europa fueron Francia, España e Inglaterra, llegando a convertirse en verdaderas potencias marítimas; en el caso de España, estableció posesiones en América; y de Inglaterra, se expandió a América, África y Asia.
Material creado por el profesor